“Fui una hija de abuela.”

Mi padre falleció cuando yo era muy chica y mi madre, una joven viuda, tuvo que separar a sus cuatro hijos para darles una mejor calidad de vida. 

Así que siendo muy pequeña fui a vivir con mi abuela. Con ella aprendí a hacer manualidades (coser, hacer tricot, pintar al óleo, artes culinarias italianas, bordados) y a fijarme en los detalles, ¡aunque sean los más mínimos!

Y es que esa atención y cuidado al más mínimo detalle diferencia a algo “Bueno” de algo “Excelente”, ¿no?

Y a mí siempre me gustó la Excelencia: ser lo mejor que uno puede ser. 

Así que sí, desde muy chica mi abuela influenció mi gusto por la Estética, por la Armonía y la Perfección de las cosas. 

De adulta, entendí que esa Belleza solo se puede construir con Etica e Integridad. 

Empecé mi carrera muy joven, y eso me permitió graduarme a una temprana edad. 

A los 21 años, inauguré mi primer Consultorio en el centro de Asunción. Un primer paso logrado, con esfuerzo y mucho entusiasmo, con los ahorros conseguidos a raíz de trabajar de domingo a domingo, incluso haciendo viajes al interior y atender a personas que confiaron en mí en los inicios de mi carrera. 

Mirando hacia atrás y viendo los más de 20 años que han pasado desde entonces, veo los legados de mi abuela y mi madre en cada cosa que he hecho, en cada decisión que he tomado. 

Y quiero que Usted, al ser paciente de la Clínica Zandoná, los vea también.

Que su visita a la Clínica sea una experiencia médica segura, relajada, agradable, confiable, responsable, en donde encontrará a una persona con un equipo comprometido al 100% en ayudarle a mejorar su salud bucal con un Tratamiento no solamente bueno, sino excelente.